LINA ZERÓN
Lina Zerón. Mexicana, 1959. Estudió Relaciones Internacionales en la ENEP Acatlán, UNAM. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, catalán, portugués, servio, ruso, esloveno, italiano, árabe y rumano. Cuenta con numerosos reconocimientos, entre ellos: Premio Ciudad de Barcelona, Ed. Mizares, en el certamen poesía de amor, 2003. Medalla de Oro a la poeta extranjera más valiosa, en Montevideo, Uruguay, 2003, Periodista cultural de los diarios El Financiero, Suplemento Laberinto del periódico Milenio, Arena del Excelsior. Su poesía aparece publicada en revistas nacionales e internacionales. Algunos de sus libros de poesía: Consagración de la piel. Ed. Atenas, Barcelona, España, julio 2007. Ciudades donde te nombro. Ed. Unión y UNEAC, La Habana Cuba, mayo 2005Nostalgia de Vida, Ed. Unión y UNEAC, La Habana Cuba, mayo 2005. Un cielo crece en el fondo de tus ojos, ed. Bilingüe, francés-español Ed. La Barbacane, Lyon, Francia, 2004. Vino Rojo: Ed. Unión y UNEAC, La Habana Cuba 2003, Moradas Mariposas, Ed. Abril y UNEAC, La Habana Cuba 2002- Novelas: Posdata para Ana, Ed. Unión y UNEAC, La Habana, Cuba, 2003, y Detrás de la Luz. Cuentos: Minicrónicas de Listón y Otros Cuentos. Ed. Nido de Cuervos. Lima, Perú, 2007
LETANÍA
Benditas las mujeres que protegen el fruto de su vientre
asumiendo la parábola de su belleza bajo un delantal,
aquellas que lavan su rostro con el manto de la rutina
y aprenden a alzar la voz , aunque sólo se tenga la voz.
Benditas las mujeres que arrastran la cruz de impuras
regando su futuro con lágrimas de ausencias
que encuentran purificación en el agua de cualquier río
y tejen amores dispersos en el manar del tiempo.
Benditas las mujeres que se enamoran,
las hechiceras de la noche,
las que comparten el fuego de las bodas del cuerpo
en la consagración de la piel.
Benditas las que gritan lo que el corazón
profesalas que escuchan y las que imponen su palabra
también las que callan su verdadera pasión
sobreviviendo como agua estancada y triste.
Benditas las que enfrentan el nido vacío
reviviendo cada noche el éxodo desde su origen.
Benditas las que son tormenta, río sin cauce,
a las que llaman locas, revoltosas,
liberadas, feministas,
y son capaces de atropellar al viento con una mirada
Benditas las hembras con fracturas y fragmentos
Benditas Nosotras, matriz del universo.
Lina Zerón e Antonio Skarmeta
CONSAGRACIÓN DE LA PIEL
No debo amarte en domingo sereno,
ni por el miedo de una tarde de rezos,
ni ahora que los recuerdos son retazos
de gemidos feroces
y tu imagen avive los ojos de la hoguera.
No ahora que mi piel se mece en la nostalgia de tu piel
y llora,
ni aún cuando todos mis vacíos
están habitados por tus silencios
y tus caricias dejan caliente rastro
en mi memoria.
Necesito estar fuerte
para enfrentar tus narcóticos besos
tus devastadoras manos
que destilan veneno
y distraerme de tu cuerpo seduciéndome altivo
sobre el lomo del aire.
Necesito imponer cordura a mi nervioso vientre
para no amarte como si todo el mundo fuera tu boca
y los mares y los ríos tu indomable lengua
y mi sed nunca estuviera satisfecha.
Quiero dejar de sentir hambre de ti /de mi.
Si los océanos fueran tu sexo
bebería cada gota de mar
y devoraría cada grano de arena
sobre la playa firme de tu cuerpo.
Necesito calma en la espera,
música de alas al viento
para volver arrojarme al precipicio de tus besos;
Y si de ti algo queda
después de la explosión del agua
entonces volveré amarte.
Estoy aquí,
como Penélope,
desde esta plenitud atroz
enviándote delirantes palabras,
apetitos disfrazados,
besos de papel
viajando con mi mente
por todo tú,
todo tú desnudo,
todo tú dispuesto,
toda yo escurriendo mis labios por tu cuerpo,
llenándome de ti/ de mi,
oteando mi sombra sobre tu sombra,
en la espera de la humedad nadante.
Si, aquí,
anclada en mi desnudez de flor de otoño,
soñando con el reencuentro,
el sublime deseo que nos incita,
silentes hasta que la prudencia nos libere
todos los humeantes apetitos contenidos,
todas las manos guardadas para tocarnos,
todos los espumosos besos
derramados hasta las ingles,
y después…que el destino nos guíe como a ciegos
perdidos en infinitos cuerpo sin tiempo.
Estoy agotada de vivir al borde de los suspiros,
se extinguió el cielo blanco de nubes
que protegía nuestros besos,
no somos mas dos anónimos amantes
viviendo un invisible romance.
Un trueno inmenso de quimeras
a despedirnos nos urge.
Tus labios se han cerrado como bares en madrugada,
tu risa ya no cae como hielos sobre vasos plenos
y las promesas de amor
no son mas que un par de copas sucias
y es entonces que el dolor enardece mi alma.
Me veo recargada sobre el horizonte
como un ave Fénix
y recuerdo tus manos en las tinieblas de mi piel
y sufro,
e invento pecados,
torturas de amor con máscaras y látigos
y vuelvo a ser aquella generosa tierra
- donde tocas florezco.
Me odio por amarte
por añorar tus húmedos labios,
acudo al recuerdo de tu sexo,
y caigo muerta sobre la cama
por las escaleras muerta ruedo,
vago por los senderos muerta
al mar muerto llego
y muerta me quedo en el fondo del océano.
¿Para qué amarte tanto?
muchos años perfumé tu cuerpo,
mil espinas feroces quité de tu alma,
desterré febriles lluvias de tus ojos,
y mis caricias se extendieron
como trigo sobre tu piel de aurora.
Cuánta, cuánta lluvia ha caído desde aquella vez
que caminamos al muelle del olvido.
Hoy una brizna de niebla duerme en tus ojos
destruyendo la noche en la eternidad de mis sueños.
Estoy mejor sin ti
ahora que el silencio condenó tu boca blasfema,
que mi sosiego se ciñe a tu ausencia,
y confino tu recuerdo a la sombra del espejo.
Estoy mejor sin ti,
sin la sobrecama nocturna de caricias
forjada con olor de ignotas pieles
y los besos de buenas noches
extraviados antes de llegar a casa.
Sin ti me va muy bien,
Mayo trajo consigo nuevas flores
que he zurcido a la funda de mi almohada
para que ni en sueños se cuele tu memoria.
No soy mas la pasajera de tu tren del miedo
no me asusta mas tu indiferencia
propia de los muertos
ni mi amor diluido en la infinita
inexistencia de tu alma.
Si, estoy mejor sin ti,
dejé de ser tierra que anhela tu lluvia
árbol en espera que el ave anide en sus ramas
me volví interminable sendero
¿y tú?
insalvable distancia.
Hace mucho fui gitana azul,
tiré mis cartas con la mano izquierda
mientras la otra tocaba con desprecio tu recuerdo.
Cadenciosos futuros reverberaron en mis labios
y el sol de marzo calentó mis andariegas manos
que me condujeron al viejo edificio de tu cuerpo.
Ayer, fui una iglesia colmada de oraciones,
un ángel cercando el cuadro de mi santo preferido,
-“San Judas Tadeo en ti confío mis secretos” -
mi moral sujeta con alambres ortopédicos
por que éste amor que por él siento
es un disfraz de noche de espantos mal cosido.
Hoy tú eres ave carroñera despavorida tras los restos
que me busca fuera y dentro de sus delirios
entre las letras del teclado
donde a veces soy luminoso texto
otras oscuridad de invierno
pero nunca la mismo.
Mañana seré cirquera,
prestidigitadora,
Tú, una ronda de poemas tirados
por esta talladora de la vida
entre los versos de mi último libro.
En el futuro ni 2 segundos por teléfono serás.
Poemas del libro Consagración de la Piel. Editorial Atenas, Barcelona, Julio de 2007
Lina Zerón e Antonio Skarmeta
CONSAGRACIÓN DE LA PIEL
No debo amarte en domingo sereno,
ni por el miedo de una tarde de rezos,
ni ahora que los recuerdos son retazos
de gemidos feroces
y tu imagen avive los ojos de la hoguera.
No ahora que mi piel se mece en la nostalgia de tu piel
y llora,
ni aún cuando todos mis vacíos
están habitados por tus silencios
y tus caricias dejan caliente rastro
en mi memoria.
Necesito estar fuerte
para enfrentar tus narcóticos besos
tus devastadoras manos
que destilan veneno
y distraerme de tu cuerpo seduciéndome altivo
sobre el lomo del aire.
Necesito imponer cordura a mi nervioso vientre
para no amarte como si todo el mundo fuera tu boca
y los mares y los ríos tu indomable lengua
y mi sed nunca estuviera satisfecha.
Quiero dejar de sentir hambre de ti /de mi.
Si los océanos fueran tu sexo
bebería cada gota de mar
y devoraría cada grano de arena
sobre la playa firme de tu cuerpo.
Necesito calma en la espera,
música de alas al viento
para volver arrojarme al precipicio de tus besos;
Y si de ti algo queda
después de la explosión del agua
entonces volveré amarte.
Estoy aquí,
como Penélope,
desde esta plenitud atroz
enviándote delirantes palabras,
apetitos disfrazados,
besos de papel
viajando con mi mente
por todo tú,
todo tú desnudo,
todo tú dispuesto,
toda yo escurriendo mis labios por tu cuerpo,
llenándome de ti/ de mi,
oteando mi sombra sobre tu sombra,
en la espera de la humedad nadante.
Si, aquí,
anclada en mi desnudez de flor de otoño,
soñando con el reencuentro,
el sublime deseo que nos incita,
silentes hasta que la prudencia nos libere
todos los humeantes apetitos contenidos,
todas las manos guardadas para tocarnos,
todos los espumosos besos
derramados hasta las ingles,
y después…que el destino nos guíe como a ciegos
perdidos en infinitos cuerpo sin tiempo.
Estoy agotada de vivir al borde de los suspiros,
se extinguió el cielo blanco de nubes
que protegía nuestros besos,
no somos mas dos anónimos amantes
viviendo un invisible romance.
Un trueno inmenso de quimeras
a despedirnos nos urge.
Tus labios se han cerrado como bares en madrugada,
tu risa ya no cae como hielos sobre vasos plenos
y las promesas de amor
no son mas que un par de copas sucias
y es entonces que el dolor enardece mi alma.
Me veo recargada sobre el horizonte
como un ave Fénix
y recuerdo tus manos en las tinieblas de mi piel
y sufro,
e invento pecados,
torturas de amor con máscaras y látigos
y vuelvo a ser aquella generosa tierra
- donde tocas florezco.
Me odio por amarte
por añorar tus húmedos labios,
acudo al recuerdo de tu sexo,
y caigo muerta sobre la cama
por las escaleras muerta ruedo,
vago por los senderos muerta
al mar muerto llego
y muerta me quedo en el fondo del océano.
¿Para qué amarte tanto?
muchos años perfumé tu cuerpo,
mil espinas feroces quité de tu alma,
desterré febriles lluvias de tus ojos,
y mis caricias se extendieron
como trigo sobre tu piel de aurora.
Cuánta, cuánta lluvia ha caído desde aquella vez
que caminamos al muelle del olvido.
Hoy una brizna de niebla duerme en tus ojos
destruyendo la noche en la eternidad de mis sueños.
Estoy mejor sin ti
ahora que el silencio condenó tu boca blasfema,
que mi sosiego se ciñe a tu ausencia,
y confino tu recuerdo a la sombra del espejo.
Estoy mejor sin ti,
sin la sobrecama nocturna de caricias
forjada con olor de ignotas pieles
y los besos de buenas noches
extraviados antes de llegar a casa.
Sin ti me va muy bien,
Mayo trajo consigo nuevas flores
que he zurcido a la funda de mi almohada
para que ni en sueños se cuele tu memoria.
No soy mas la pasajera de tu tren del miedo
no me asusta mas tu indiferencia
propia de los muertos
ni mi amor diluido en la infinita
inexistencia de tu alma.
Si, estoy mejor sin ti,
dejé de ser tierra que anhela tu lluvia
árbol en espera que el ave anide en sus ramas
me volví interminable sendero
¿y tú?
insalvable distancia.
Hace mucho fui gitana azul,
tiré mis cartas con la mano izquierda
mientras la otra tocaba con desprecio tu recuerdo.
Cadenciosos futuros reverberaron en mis labios
y el sol de marzo calentó mis andariegas manos
que me condujeron al viejo edificio de tu cuerpo.
Ayer, fui una iglesia colmada de oraciones,
un ángel cercando el cuadro de mi santo preferido,
-“San Judas Tadeo en ti confío mis secretos” -
mi moral sujeta con alambres ortopédicos
por que éste amor que por él siento
es un disfraz de noche de espantos mal cosido.
Hoy tú eres ave carroñera despavorida tras los restos
que me busca fuera y dentro de sus delirios
entre las letras del teclado
donde a veces soy luminoso texto
otras oscuridad de invierno
pero nunca la mismo.
Mañana seré cirquera,
prestidigitadora,
Tú, una ronda de poemas tirados
por esta talladora de la vida
entre los versos de mi último libro.
En el futuro ni 2 segundos por teléfono serás.
Poemas del libro Consagración de la Piel. Editorial Atenas, Barcelona, Julio de 2007
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