Rocío Cerón
Rocío
Cerón, Ciudad de México, 1972. Su obra conjuga la
experimentación entre poesía, música, acción y video. Ha publicado los libros
de poesía Basalto (CONACULTA-ESN, México, 2002) que recibió el Premio
Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000; Litoral (Filodecaballos,
México, 2001); Soma (Eloisa Ediciones, Argentina, 2003); Apuntes
para sobrevivir al aire (Urania,
México, 2005); Imperio (Ediciones Monte Carmelo, México, 2008; 2da edición,
República Dominicana, 2010); Imperio/Empire (CONACULTA-FONCA,
2009, edición interdisciplinaria y bilingüe); La mañana comienza muy tarde
(La Propia Cartonera, Uruguay, 2010); Tiento (UANL, 2010):
Diorama, (UALN y Tabasco 189. 2012); Borealis (Editorial Piedra Cuervo, 2013). En 2005 recibió por sus crónicas de viaje el See America Travel Writer Award, otorgado por la Embajada de Estados Unidos, The Travel Industry Association y The Visit USA Commitee. Imparte el POLILAB (Estructuras textuales en plataformas no convencionales) dentro del Programa de Escritura Creativa de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Poemas y obra suya han sido traducidos al inglés, finés, sueco y alemán. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Mantiene la página web: http://rocioceron.blogspot.com
Diorama, (UALN y Tabasco 189. 2012); Borealis (Editorial Piedra Cuervo, 2013). En 2005 recibió por sus crónicas de viaje el See America Travel Writer Award, otorgado por la Embajada de Estados Unidos, The Travel Industry Association y The Visit USA Commitee. Imparte el POLILAB (Estructuras textuales en plataformas no convencionales) dentro del Programa de Escritura Creativa de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Poemas y obra suya han sido traducidos al inglés, finés, sueco y alemán. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Mantiene la página web: http://rocioceron.blogspot.com
13
formas de habitar una esquina
I
Huyen avestruces —hay
mujeres cuyas palabras son fresnos. Sombras hilvanan puertos de aire. Entre la
estampida reposa la mano sobre el talud de una rodilla. Habano y humo. Rojizo
ciprés el sueño. El olor sigue más allá del borde. Desde el buró —poder, sonríe
destruida/ tiento ocre, cuerpo estrófico en el quicio.Vestíbulo.
II
Donde los náufragos cantan
apunta el ojo. Hacia el rabillo austral de la mirada —dorada agua de la
memoria— el tono plomizo del frío. Uno podría ser entendimiento crepuscular,
avanzada furiosa de jauría humana pero el vórtice detiene la rebelión. Gotea
aún el rompevientos. Y entre el invierno de milnovecientosetentaydos y el
presagio del dosmildocefindelmundo un día y el otro. Gramática de Babilonia. Descenso.
III
Caramelos y una hormiga.
Breve ataque de asma. Sedosas las patas recorren un dedo meñique. Este paisaje
no es política: hueco, centro de bala o poema. Dos muros hacen un baldío entre
sí. Menta, el caramelo es sabor menta. Huella.
IV
A ambos lados de la vía,
—párpados inestables, lozam de 2 mg— la superficie de las cosas: tubos de
acero, mosaicos (opus tessellatum), textiles sintéticos de corte abstracto.
Dolor en el lenguaje. Monopolio cromático. Todo cuerpo desnudo mata a la
teoría. Rota el espacio. Cielo.
V
Un punto un punto en
particular un punto un punto esquivando su propio punto un punto que arroja
otro punto el punto que aniquila su sombra un punto el punto en punto: linde.
.
VI
Lluvia sobre penumbra. Pelaje
y lamido. Ensoñación y notas en brote de murmullo. Herida que sostiene. En el
trazo de un sonido veloz —cielo abierto sobre cuerpo, lengua —partículas de
azul Berlín. Desliz en el cerco de la boca. Plexo.
VII
Al ojo el vuelo, petrel
negro. Caminar sobre precipicio claramente delimitado. Colinas, nubes, bosque
boreal. Mujer desvistiéndose sobre cama helada. Bajo los pliegues de su ropa
una constelación de aguanieve. Arden las corvas. Barbera o Bonarda, fuerte
sabor en boca. Filo.
VIII
En el cuerpo sésil de una
hoja, apenas adherida, resplandece el estrato del mundo. Flujo audible.
Inflexiones sostenidas por insinuación —dosel amazónico en medio del cuarto. Las
hormigas deducen siempre el estado de las cosas.Intensidad de una figura dentro
de otra, sonoridad del bulbo de luz, silbido en tono sordo. La cerveza cae al
suelo. Tokonoma.
IX
Baúl en madera de fresno,
motivos vegetales y geométricos en perfecta simetría. Pies móviles para
elevarlo del suelo, cerradura con llave, asas en los costados que facilitan su
transporte. Periodo: siglo XVIII. Nadie olvidará el color del brazalete. La
economía a gran escala destruye voluntades. Un hombre anuncia que desaparecerá. Trino.
X
Ángulos óseos, formas y
cuesta donde radica el ritual. Quién teme al aire. Fisura donde hay.
Puerta pulida. Naturalezas muertas, humo de tabaco. Cruce. Un poema es una
lima un día bisiesto un 31 de marzo un esquema mental un pinar. Retenes
silenciosos demarcan umbral. Aire, pulmones saturados. Oxígeno para abastecer
el cerco. Cercanía de pieles ante el viento. Jaula.
XI
Un punto, paraguas negro,
bolígrafo de tinta azul, orden para no pensar en la muerte, una mancha seca de
sangre, garabateo cadmio en algodón, arca con motivos repetidos
sistemáticamente —clavel del monte o calta palustre. Toda la potencialidad del
mirar: herida supurante espalda nupcial de un hombre labio bajo de grosor
excitante cuerda que flota del fresno en vaivén madreperla ópalo de fuego luz
diurna sobre escena movimiento y rastros. Cauterización.
XII
Júbilo y adoración en
paréntesis. Sobre el cabello largo de esa mujer, vista en Baden Baden,
sobresale una galaxia. No anillos de satélite. No corona de santidad. Réplica.
Varios tañidos de campanas (no provincia eclesiástica) susurran una verdad a
medias. Blancos y agrietados. Los labios. Se necesita una nueva contraseña para
regresar a tiempo al mundo. Mientras la palabra aparece, ella dibuja sobre el
agua una espiral. Resplandor.
XIII
Circulan autos en pulgada y
media. Espacio hendido. Ladra un perro al fondo.Oropel. Pastelillo de arándanos
y chispas de chocolate. Píldora sintética de felicidad. No era sólo
balanceo de cumbia salsa samba. Gozne entre realidades, “mira tu cuerpo
iridiscente, azulmoradoverde iridiscente”. Lenguaje. Territorio para la
aparición de parques paisajísticos zonas urbes rehabilitadas laderas de casas
con techo metálico piedras nucleicas espacios sacrificiales. Cajas y capas,
espacio vital de pulgada y media. Nación.
(In Diorama)
Apuntes
Para Sobrevivir al Aire
Querer asistir al último festín de las mentiras, y ser el ganador.
El último que ríe en la fiesta.
El primero que cae estrepitosamente.
He de mentirme todos los días para no matarme.
Y hoy —tantos días— pesan más que la bendición de Cristo.
Querer asistir al último festín de las mentiras, y ser el ganador.
El último que ríe en la fiesta.
El primero que cae estrepitosamente.
He de mentirme todos los días para no matarme.
Y hoy —tantos días— pesan más que la bendición de Cristo.
Me despojo. Quiero
decir, me despojo. Así, sin más. Para ahorrarse la decepción es mejor
despojarse. Andar sin vestiduras. Sin calificativos o adjetivos decorativos.
Ahorrarse el desprecio por uno mismo.
No logro estar sobre
este piso si tengo que entender la vileza y la miseria de los otros. ¡Qué pocos
sueños, qué falta de misericordia por sí mismos! Estos días están vestidos de
un velo gris, sin sentido, sin dirección. La estupidez es norma y ley.
Me despojo: de actos
y sucesiones, de grados y meritocracias, de falsas ideas. El fogón está lleno
de inmundicias. Toda claridad, en estos momentos, es apenas un espacio donde
refugiarse de una lluvia ácida, bermeja. Llena de olores y nombres que se
desmantelan.
No creo en los
sonidos del perdón. No hay nada que perdonar. Queda la desnudez de los afectos,
la máscara desollada donde se ve el rostro antes cubierto por la podredumbre.
Para hablar hay que
superar la tiranía de la velocidad. Distanciarse del vértigo; superar el miedo;
dar inicio a la resistencia. Esa, "una interminable derrota" (Camus
dixit).
Recién aparece en el
diario un titular donde se habla de violencia y odio, xenofobia y divisiones.
Toda certeza de que el hombre es altamente estúpido.
Yo destruyo a mi semejante porque odio la debilidad que lo nombra. Me cautiva la podredumbre porque es la raíz de mi pasado, de mi presente y de un futuro que aún deletreo con sangre y odio.
No niego mi desastre: es lo único que me crea y edifica. Los días son notas presenciales de un temor que invade el cuerpo. Sólo lo que transita por los dedos y la imaginación cabrá en el resquicio de una salvación que se antoja olvidadiza. Apenas esquiva y, por lo más, ciega. Descubro en el automático acto de matar una refinada intención de inmortalidad.
Las ideas nombran el suceso del parricidio para llevar a la tierra prometida su nombre esperado. No me ofende la razón de los sentidos, no me ofende saber de las heridas y pústulas del mal viviente (Villon habría de morir entre mis brazos); yo soy una gráfica agonizante en un hervidero de cifras y catástrofes (Sísifo dichoso, con angustia por la vida, caída perpetua) pero sin el valor de atragantarme y ahorcarme en los albores de esta tarde.
Yo destruyo a mi semejante porque odio la debilidad que lo nombra. Me cautiva la podredumbre porque es la raíz de mi pasado, de mi presente y de un futuro que aún deletreo con sangre y odio.
No niego mi desastre: es lo único que me crea y edifica. Los días son notas presenciales de un temor que invade el cuerpo. Sólo lo que transita por los dedos y la imaginación cabrá en el resquicio de una salvación que se antoja olvidadiza. Apenas esquiva y, por lo más, ciega. Descubro en el automático acto de matar una refinada intención de inmortalidad.
Las ideas nombran el suceso del parricidio para llevar a la tierra prometida su nombre esperado. No me ofende la razón de los sentidos, no me ofende saber de las heridas y pústulas del mal viviente (Villon habría de morir entre mis brazos); yo soy una gráfica agonizante en un hervidero de cifras y catástrofes (Sísifo dichoso, con angustia por la vida, caída perpetua) pero sin el valor de atragantarme y ahorcarme en los albores de esta tarde.
La violencia es el
trago que ha de pasar todos los días por la garganta (tráquea enmudecida por el
compás agónico de la inmundicia).
Sólo me avergüenza el canon. Sólo me ofende la posibilidad.
Sólo me avergüenza el canon. Sólo me ofende la posibilidad.
(In Apuntes Para Sobrevivir al Aire)
Basalto
Justo en el centro,
en un tiempo preciso, entre oscuridad y luz,
se partió el universo, de ahí el mundo habitable, de ahí el hombre.
se partió el universo, de ahí el mundo habitable, de ahí el hombre.
Como está escrito: "De
mis astillas, de la ceniza de mis pensamientos, del último eco de mi
nombre, será el fémur."
del aire blanco que se concentra en la silueta y la razón
del éter de un diamante sin peso ni brillo
de la soga que pende del Árbol binario del conocimiento
del círculo de la mano a la mano círculo de un solo
nombre, será el fémur."
del aire blanco que se concentra en la silueta y la razón
del éter de un diamante sin peso ni brillo
de la soga que pende del Árbol binario del conocimiento
del círculo de la mano a la mano círculo de un solo
tiempo
del primer silbido que es cuerda puente del viento y la
del primer silbido que es cuerda puente del viento y la
horizontalidad
de la sierpe deslizándose por el claroscuro de la idea
de la nuez cáscara dentro de la cáscara. capas
de la sierpe deslizándose por el claroscuro de la idea
de la nuez cáscara dentro de la cáscara. capas
sin fin de un
todo
de la luz negra luz primordial
de la letra que configura el rostro del mundo silencio
de la luz negra luz primordial
de la letra que configura el rostro del mundo silencio
que declina
se sujeta es sostén al detenerse quietud que es
movimiento
fuego incesante de la forma
de las siete caudas fluido de un solo no del que todo
fuego incesante de la forma
de las siete caudas fluido de un solo no del que todo
sale
y al que todo llega
de esto y lo antes dicho porque el poema es siempre el
y al que todo llega
de esto y lo antes dicho porque el poema es siempre el
mismo y lo será
y a su vez se despliega en voces y es inagotable
del desierto único lugar abierto a las posibilidades:
basalto
y a su vez se despliega en voces y es inagotable
del desierto único lugar abierto a las posibilidades:
basalto
fuego que abrasa las tinieblas
desciende se transfigura
se detiene
grava milenária arista que especula con la forma diamante nómada
¿de qué gesto saldrás de qué principio cautivo de qué homilía brotarán tus vetas?
la piedra gravita va hacía las llamas el movimiento pendular crea el fundamento
seduce el abismo al silício al cieno
basalto leve extracto del halo terrestre
de la penumbra del caos surge el esplendor
giran astillas de oro .se suspende el tiempo .fecunda el roce lo incierto
lo impreciso una gota de fuego negro señal de lo que emerge
el brillo incita a la grieta a ser tramado a delinear la traza de un cuerpo
destello espeso nido pétreo en la dureza reside la flexibilidad del pensamiento
de lo múltiple surge el principio
el polvo reposa en colérico vaivén
en el interior la gema guarda la sima de las eras el destello vedado de la infinidad del tiempo
el vértigo concibe la caída baja el mineral
lava que construye y aglutina en sus fragmentos una piel transmigración de la materia
piedra que accede al contorno roca que es lava para volver a sí misma
horas que encierran en un cuadrado la vastedad de la luz y no cesan de ser espiral
gesto sólido --móvil --emanación del vacío
del prisma de sus laderas brota la lluvia
día térreo de donde surge un perfil
boceto del cuerpo esencial
regresa a sí el basalto para ser piedra angular
cambio asido a la molécula
molécula de un fragmento eterno
en la veta en la fisura
en la simetría terrestre
cada una de las edades
roca carnal
la piel es el paraíso
sustância
vuelve el cielo su sentido a la
arcilla
rosas basálticas en el jardín de la memoria
abrazo orgánico
placas de magma que las figuraciones contienen
desiertos floridos
las articulaciones son soga---las hiedras océanos
aguas fósiles que atraen a los nombres sutiles
contraerse
expandirse
esfuerzo por ser aire luz que arroje signos
rosas basálticas en el jardín de la memoria
abrazo orgánico
placas de magma que las figuraciones contienen
desiertos floridos
las articulaciones son soga---las hiedras océanos
aguas fósiles que atraen a los nombres sutiles
contraerse
expandirse
esfuerzo por ser aire luz que arroje signos
de la sombra del fuego gélido del hierro
del centro mismo donde se desenrolla la sierpe
corteza abisal de forma y fondo incesantes
nace la espesura de la voluntad
se funden pensamiento y alma en un sólo nudo
aceleramiento de la tensión del núcleo
del centro mismo donde se desenrolla la sierpe
corteza abisal de forma y fondo incesantes
nace la espesura de la voluntad
se funden pensamiento y alma en un sólo nudo
aceleramiento de la tensión del núcleo
para descifrar el
torrente del pensamiento la carne ha de ascender
sangre que recorre sus frágiles linderos
ligereza de la arena
al hallar su lecho roca y aire son rueda
en su movimiento son caída
en el reflejo de sí mismos el valle y la nube son sombra
batalla seminal
de la lluvia y los vientos emerge el horizonte
sangre que recorre sus frágiles linderos
ligereza de la arena
al hallar su lecho roca y aire son rueda
en su movimiento son caída
en el reflejo de sí mismos el valle y la nube son sombra
batalla seminal
de la lluvia y los vientos emerge el horizonte
existe un vacío imposible de deletrear
cierta fascinación por hacer que la soga penda
así la piedra deja de serlo
es átomo acogiendo los lamentos
balance de una astilla negra
resplandor que conmueve su materia
así un vacío inapresable
se desliza al abismo de la idea
toca el estuario de la sangre
se extiende por la dorsal del pensamiento
de este carbón
compuesto por eras de raíz antigua
inicia la cartografía de un cuerpo
espiral escindida por grietas fecundas
brechas que hacen surgir al primer fémur
inicia la cartografía de un cuerpo
espiral escindida por grietas fecundas
brechas que hacen surgir al primer fémur
el hueso se alza es vista
mirada fracturada de los tiempos
armazón de lava y nieve interiores en cuyo fondo reside la palabra
mineral que teje la memoria de un signo
letra en que reside el firmamento
el lenguaje se lleva en la piel cada signo es un espejo de las venas
ningún cuerpo es sólo cuerpo
residen en los huesos las voces eternas de la lluvia
agua circular que se vierte y revierte en un puñado
de sílabas e historias
el pensamiento vuelve a las entrañas
la cabeza es anexo de la sangre
mirada fracturada de los tiempos
armazón de lava y nieve interiores en cuyo fondo reside la palabra
mineral que teje la memoria de un signo
letra en que reside el firmamento
el lenguaje se lleva en la piel cada signo es un espejo de las venas
ningún cuerpo es sólo cuerpo
residen en los huesos las voces eternas de la lluvia
agua circular que se vierte y revierte en un puñado
de sílabas e historias
el pensamiento vuelve a las entrañas
la cabeza es anexo de la sangre
pura es la simiente
ósea se sostiene en su horizonte
translúcido
apenas mira las piruetas del abismo
página a contraluz donde la tinta escribe su inocencia
carne que se fragua marfil y alto vuelo
venas palabras cuerpos que justo en el aire
en el corazón del poema
-se sujetan
apenas mira las piruetas del abismo
página a contraluz donde la tinta escribe su inocencia
carne que se fragua marfil y alto vuelo
venas palabras cuerpos que justo en el aire
en el corazón del poema
-se sujetan
despojado de lo
incognoscible
en la vastedad el cuerpo
empieza arrinconado la ruta de sus días
se vuelve habitante de los márgenes del mundo
es extranjero su ubicuidad es su nunca estar
da nombre a las formas y al cauce rompe el cerco
la certeza es su propia incertidumbre
en la vastedad el cuerpo
empieza arrinconado la ruta de sus días
se vuelve habitante de los márgenes del mundo
es extranjero su ubicuidad es su nunca estar
da nombre a las formas y al cauce rompe el cerco
la certeza es su propia incertidumbre
parte el que no tiene
nombre a encontrar la sangre abisal que le sustenta
fêmur basamento medular de lo inasible
ha salido el cazador
acecha acecha acecha a la bestia a la urdimbre dorsal
fêmur basamento medular de lo inasible
ha salido el cazador
acecha acecha acecha a la bestia a la urdimbre dorsal
al
relámpago
el disparo la ejecución son un goce
el otro está ahí dentro en las articulaciones en las venas
recorriendo los linderos que le son propios
de un punto preciso surge el dolor toda cacería es un enigma
herida primigenia
instinto intuición de un espectro en ronda
luz dentro de la mirada
la dirección es uma el punto no se reconoce está velado
en la vertiginosa desaparición del sí mismo sólo él recuerda una primera piel
espiral sepultada en su propia génesis
el disparo la ejecución son un goce
el otro está ahí dentro en las articulaciones en las venas
recorriendo los linderos que le son propios
de un punto preciso surge el dolor toda cacería es un enigma
herida primigenia
instinto intuición de un espectro en ronda
luz dentro de la mirada
la dirección es uma el punto no se reconoce está velado
en la vertiginosa desaparición del sí mismo sólo él recuerda una primera piel
espiral sepultada en su propia génesis
de la intimidad de la
mente brota el acto amoroso
aire que estrecha envuelve asfixia la piel es discernimiento
las cadenas han dejado de serlo regresa la elipse
el tramado y el hilo ahora son vuelo
aire que estrecha envuelve asfixia la piel es discernimiento
las cadenas han dejado de serlo regresa la elipse
el tramado y el hilo ahora son vuelo
la espiral yace
sostenida por las hojas
entre los signos de un poema que jamás concluye
hay olas que descienden hasta el mismo centro de la tierra
del lago de las ánimas sale un hombre a flote
su voz lleva la mitad del tiempo escrito en ella
en sus venas corren ríos de humo
tempestad de fe manantial de tregua
en él las lenguas son imperio
en los límites de la forma se pliegan los pergaminos de la historia
el juego interminable del pensamiento es su travesía
es piedra basáltica monumental
sus cenizas son la guarida del desastre
él acertijo del silencio él espejo de la geometría divina
entre los signos de un poema que jamás concluye
hay olas que descienden hasta el mismo centro de la tierra
del lago de las ánimas sale un hombre a flote
su voz lleva la mitad del tiempo escrito en ella
en sus venas corren ríos de humo
tempestad de fe manantial de tregua
en él las lenguas son imperio
en los límites de la forma se pliegan los pergaminos de la historia
el juego interminable del pensamiento es su travesía
es piedra basáltica monumental
sus cenizas son la guarida del desastre
él acertijo del silencio él espejo de la geometría divina
- gozne -
(del devenir nacida
sin presente
atada siempre a la era del gesto
al ras de la música de los letrados
sobre el tapiz de la mejor escoria de las razas
sin más error que la miseria de la sal
una palabra
sin sujeto y sujeta a la civilización
trazo de un cuerpo que es verbo)
sin presente
atada siempre a la era del gesto
al ras de la música de los letrados
sobre el tapiz de la mejor escoria de las razas
sin más error que la miseria de la sal
una palabra
sin sujeto y sujeta a la civilización
trazo de un cuerpo que es verbo)
(In Basalto)
Basalto:
incesante esplendor congelado
José Kozer
Recurro a ese gran Maestro
(lleno de salvedades): el diccionario. BASALTO: roca volcánica muy dura, por lo
común negra o verdosa, de grano fino, a veces de estructura prismática.
Voy más a fondo, recurro a
la etimología de basalto: procede de una palabra egipcia ("bakhan")
que deviene en griego "basanos" y que de ahí pasa al latín
("basaltes") por un error de transcripción: se trata de una mala
lectura que mezcla "basanites" con "lapis" (piedra) creando
la expresión "piedra de toque". Por un error de transcripción se
acuña la palabra basalto, piedra de toque a ese probable error que consiste en
querer volver inteligible el enigmático Universo.
La etimología me lleva de la
mano hacia formas primarias, el magma, lo egipcio: me lleva (error de
transcripción) a una piedra de toque que sirve de sésamo para intentar abrir
puertas de dura roca volcánica y quizás, dejar entrever (por visión, por
contemplación) una estructura prismática verdadera, compleja, tendiente (al
menos en cuanto proyección de deseo) a la sencillez de lo primario: estructura
a la que se llega hilando fino, siguiendo los entresijos del grano fino
(interior) de la dura roca volcánica que es el basalto: escabullándose de su
erupción se podrá llegar a la estructura seminal del conocimiento ("Árbol binario
del conocimiento") que, precisamente, agita, aquieta, abisma el lento,
largo poema Basalto de Rocío Cerón: toda una reverberación. Y,
permítaseme, todo un esplendor congelado que, congelado, al abismarse,
cabrillea; no deja, cristalizado, de cabrillear.
Basalto es por ende
roca dura, grano fino, estructura prismática, piedra de toque, error de
transcripción que lleva, por vertiginosa verticalidad, mediante la dureza de
sus versos lapidarios, a una puerta entornada que deja entrever el esplendor
congelado de un poema que es astral, subsolar, subsuelo: un subsuelo con sus
capas de cieno, su fundamento último (inasible) de dureza enigmática.
¿Cómo leerlo? Sugiero una
lenta lectura abierta al espesor. Una lectura que mantenga los ojos entornados
y que acepte una prismática multiplicidad hecha de entresijos, de recodos,
saltos apenas perceptibles y que conjugue, audaz, incesantemente, elementos de
superficie con elementos de abisal verticalidad (vertiginosidad). Se conjuga el
cuerpo en su exterioridad con su organización más profunda (redaños) y
escatológica, desembocando en un "abrazo orgánico" donde las
"placas de magma que las figuraciones contienen" no dejan de ser
sólidas mas tampoco dejan de fluir: de hecho, parecen fluir como un error de
transcripción ya que sus pulsiones son ; "desiertos floridos".
Para leer Basalto sugiero
atenerse a la dureza de la piedra que, fija, a la vez puede partirse
"entre oscuridad y luz" dejando ver "el mundo habitable".
Para lo cual precisamos de ciertos goznes, ciertos puntos de apoyo sin los
cuales sería imposible el abismamiento, la contemplación de lo interior. Hay
bloques petrificados, de tal dureza que descorazonan: mas el poeta no se
arredra y ante esa piedra de aspecto impenetrable, opta por el riesgo de
inmiscuirse en sus intersticios volcánicos: es decir, opta por quemarse, quizás
a expensas del cuerpo, mas sin sacrificarlo, consciente de que sus signos, sus
señales a flor de piel son correspondencias que sirven de guía (mojones
espirituales) en el camino del desierto o por los lácteos, fluidos caminos
astrales. Así, ante el desierto que es "único lugar abierto a las
posibilidades" contamos con el basalto, esa dureza que es piedra de toque
y que al serlo, permite al poeta acudir (recurrir) a los goznes que abren la
piedra, acuñan la palabra, permiten la visión: o al menos, una cierta
visibilidad (profunda, alucinante) que la negra letra transpira, recoge, en
audaz relampagueo petrificado. Las palabras van produciendo pivotes, fulcros
que abren lenta, espesamente, la roca volcánica dura; y justo al abrirse, el
grano fino de esa piedra se desmenuza un poco, fragilizado, ante la atónita
mirada del poeta; el grano fino se petrifica, en viva petrificación armoniosa,
discordante, como letra, escritura, basalto gráfico que expone un universo
implícito en la estructura prismática, enigmática, parcialmente penetrada de la
Roca.
Toda cacería es un
enigma", nos dice la palabra de Rocío Cerón (quizás evocando a San Juan
cuando dice: "volé tan alto tan alto, /que le di a la caza alcance").
San Juan, que es la fe, da alcance a su "presa" (Dios, el poema, el
conocimiento por intuición, por visión y arrobo unitivo). Rocío Cerón, poeta
moderno, da alcance a una "presa" que no deja de ser enigma: un
enigma que se mantiene en pie durante todo el trayecto del poema y que va
dejando un rastro indeleble, forjado justo mediante la descripción del proceso
de construcción de Basalto (sobre piedra, a manera del amanuense que
en tabletas de arcilla burila su escritura cuneiforme). Un proceso donde
"el tramado y el hilo son vuelo" y donde toda esa "masa
rutilante" que configura el poema posee una velocidad astral (concebible
más por intuición visionaria que por formulación matemática) en la que
(verdadera sabiduría del explorador) "reside la tregua".
Basalto es un poema, es
asimismo la convocatoria de un poema que decide hacerse libro, y es una
liberación de fuerzas pugnando, armonizando, en planos diversos de
estructuración. Verso a verso, página a página, somos acarreados como piedra
dura, como grano fino, como error de transcripción, como prisma
estructurándose, mediante goznes, chamelas duras, dolorosas, en verdad
espiralada que contiene ejes cruzados, v ; cuerpos de tinta negra o carne viva,
esquirlas de piedra inamovible y fuego de constelaciones en perpetuo devenir:
verticalidad, vertiginosidad ("espiral principio de simetría- . vapor
fecundo en la brevedad del pie y la sílaba").
Léase este fecundo universo
de Rocío Cerón colocando un frágil pie en la sílaba que se busca como palabra,
en la viva concatenación de las cosas que estructuran la vida y que, desde la
dificultad, estructuran Basalto. Léase, sin ojeriza, desde una entrega,
con amor, este libro de poemas que contiene un módulo atroz, tranquilo, de la
experiencia más ignota: la del viaje, sin espejo, por el fondo cerrado,
claustrofóbico, de la más dura piedra.
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